Termino todo el problema y Roman vuelve a Boca

Volvió a su casa y Boca se juega la última ficha para habilitarlo vía Grondona y la presión de los organizadores. Ese "algún día" del que hablaba Juan Román Riquelme cada vez que le preguntaban por el regreso a Boca, en estos últimos meses de muchas palabras y poca pelota, ya tiene fecha: 29 de noviembre de 2007. Con esa misma emoción con la que pisó el club por primera vez, en febrero de 1996, y con esa felicidad hecha sonrisa indisimulable que también mostró en el regreso de principios de año, cuando vino por seis meses, Romy otra vez está volviendo con ganas de quedarse para siempre. Y con un deseo que suena como aquel que lanzó un juvenil Maradona en el programa Sábados circulares de Pipo Mancera y que en este caso es el mismo de todo el mundo Boca: "Mi sueño es jugar el Mundial en Japón, tengo la ilusión. Es la primera vez que un equipo argentino tendrá la suerte de participar y quiero estar no sólo por nuestro club, sino por el fútbol argentino. Ojalá que me toque jugar, pero hoy sólo tenemos que disfrutar de esta vuelta".

Firmados los contratos que lo ligan al club hasta junio de 2010, hechos los agradecimientos mutuos por los esfuerzos realizados para cerrar el pase, concretada la restitución de la camiseta número 10 a las mejores manos, tomadas las fotos de rigor que hoy muestran todos los diarios y formuladas todas las declaraciones del caso, ahora la prioridad de Boca pasa por hacerle un lugar en la lista de 23 jugadores que el miércoles partirá rumbo a Japón. En ese vuelo que hará escala en París antes de apuntar hacia Tokio, Riquelme ya tiene un lugar asegurado. Por ahora, sólo como acompañante de lujo e hincha número uno, porque todavía no llegó el ok de la FIFA para que sea inscripto en la lista de buena fe e incluso ayer el jefe de prensa de la entidad, John Schumacher, en la presentación del torneo en el club, al mediodía, se encargó de congelar las expectativas. Pero la gestión de Boca avanza por otros carriles y en otras esferas de poder. Por eso, el propio Pedro Pompilio explicó que este caso es diferente a todos, porque el jugador está registrado en la AFA desde mitad de año y en todo este tiempo no jugó en ningún otro club. Bajo ese argumento, que por caso también habilitaría a Román a jugar el domingo con Lanús, Boca se juega su última chance para que esta inversión de 10 millones de euros entre contrato y ficha, pagaderos en cuatro años gracias a que el Villarreal aceptó financiar la operación, empiece a dar réditos.

"La AFA está haciendo gestiones para que Román juegue en Japón. La FIFA tiene el concepto de defender a los jugadores, así que somos optimistas. Habrá que esperar 24 ó 48 horas más. El de Román es un caso inédito que tiene FIFA y el departamento jurídico lo resolverá de la manera más humana", explicó Pompilio, al lado de un Riquelme sonriente, con remera blanca y jeans, fresco a pesar de haber llegado al país apenas diez horas antes de esa presentación.

El sueño de Riquelme y cía. ahora está en manos de Julio Grondona, presidente de la AFA y vice segundo de la FIFA con aceitados contactos en el poder, y también de la presión que pueda ejercer la organización. Porque en Japón también esperan con los brazos abiertos a Román. Desde ya que no por cuestiones afectivas o deportivas sino por razones estrictamente económicas. Por ejemplo, para la semifinal de Boca, todavía no se vendieron ni la mitad de la entradas. Con la confirmación de la presencia de Román, una figura de brillo internacional, en Japón descuentan que esos tickets se agotarían en apenas un rato.

En menos de 48 horas llegará la respuesta final a este nuevo sueño con el que volvió Riquelme.


Fuente Ole